BREVE BIOGRAFÍA DEL POETA UDÓN PÉREZ

BREVE BIOGRAFÍA DEL POETA UDÓN PÉREZ

LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ


TRAYECTORIA VITAL.- Con el ascenso del poder de Antonio Guzmán Blanco, El Ilustre Americano, como lo solían llamar, desde 1870 Venezuela empezaba a presentar una fisonomía distinta, sobre todo después del “Decreto de Instrucción Obligatoria” del 27 de junio de ese mismo año. En Maracaibo, pequeña y próspera población venezolana, situada a orillas del Lago homónimo, que había extasiado a Alonso de Hojeda y a sus hombres en 1499, gobernaba a sus 50.000 habitantes, el General Venancio Pulgar.
El día 6 de marzo de 1871, en la ciudad de Maracaibo, en la Calle Bolívar No. 174, entre las calles Páez y Miranda, el hogar del comerciante Santos Pérez Puchi y de su esposa Josefina Machado Rincón de Pérez, se llenaría de júbilo al recibir el advenimiento de un hijo varón, el cual al ser bautizado recibiría los nombres de Abdón Antero Pérez Machado, mejor conocido como Udón A. Pérez o simplemente Udón Pérez.
A los tres años perdería a su madre, quedando bajo la tutela de su abuela materna, Josefa Rincón de Machado, quien lo iba a criar con inmenso amor y rigidez de carácter. A los diez años moriría su padre y entonces, la abuela sería ayudada en su labor educativa, por el humilde maestro parroquial bachiller Rafael Pirela, quien le enseñaría las primeras letras al niño.
En 1883, a los doce años de edad, iniciaría estudios de bachillerato en la Escuela Federal Anexa al Colegio Federal de Primera Categoría del Grande Estado Falcón Zulia, donde iba a nacer en él, la eterna pasión por el verso. El 7 de agosto de 1889 recibiría el título de Maestro de Instrucción Primaria y el 15 del mismo mes, el de Bachiller en Filosofía, ambos en el Colegio Federal y así, al año siguiente, iniciaría estudios de Medicina y de Ciencias Políticas, destacando en ambas carreras con destacadas calificaciones, a lo largo de los seis años de sus cursos, con brillantes mentores, como: Jaime Luzardo Esteva, Leopoldo Sánchez, Francisco Ochoa, José María Luengo, Alfredo Rincón, Helímenas Finol, Francisco Rincón, Rafael López Baralt, José de Jesús Olivares, Manuel Dagnino y Francisco Eugenio Bustamente, entre otros, quienes formaron su espíritu y lo convirtieron en un erudito.
Durante esa etapa estudiantil, en 1891, sería examinador de Pedagogía Primaria, al lado del doctor Francisco Ochoa y en ese mismo año, al abrirse la Universidad del Zulia, el 11 de septiembre, en el acto solemne de su instalación, Udón llevaría la palabra del estudiantado, recitando poemas de su propia inspiración, ya que era conocido como el bardo adolescente. Ello causaría la admiración de don Félix Romero y de doña Asunción Luengo de Romero, pero más de su bella hija Delia, iniciándose así un romance, que culminaría en boda, mientras iniciaba su actividad periodística y su inmensa creación poética.
En 1896 terminaría brillantemente sus estudios, pero rehusaría recibir los títulos, porque decía que Prefiero ser docto y no doctor, y para el 13 de junio de 1898 contraería matrimonio con Delia Romero Luengo, cuya unión nacerían siete hijos: Udón Segundo, Arbonio, Wintila Delia Teresa, Delia Josefina, Delia Isabel y Delia del Carmen, formando un hogar muy feliz y compenetrado, su “nido de las Delias”, como lo solía llamar Udón. Por eso, se comprenderá al poeta en su gran dolor, cuando en 1920 moriría su amada esposa Delia, a quien sólo sobreviviría seis años.
Físicamente, era de ademán majestuoso, porte indiano, ojos enérgicos, alta frente morena, coronada por la negra cabellera, sembrada de hilos de plata. Psicológicamente era un hombre enérgico, pero bondadoso, cordial, franco, hidalgo y generoso, que aconsejaba a todos los que se acercaban a él y muchas veces, casi le re-escribía los poemas a sus discípulos. En su vida hogareña sería amante ferviente de su esposa, cariñoso y amigable con sus hijos, quienes lo admiraban y respetaban.
Desempeñaría variados cargos públicos, con gran eficiencia y pulcritud, a saber: Diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Zulia, Concejal y Síndico Procurador del Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, Secretario en el Consejo de Gobierno, Presidente de la Junta de Instrucción del Distrito Maracaibo, Secretario de la Junta del Estado, Miembro y Secretario del Consejo de Instrucción, Catedrático de Pedagogía en el Colegio Nacional, Juez del Municipio Santa Bárbara de Maracaibo, Fiscal Nacional del Banco de Maracaibo y sería Miembro de la Sociedad Académica de Historia Internacional, con sede en París, a pesar de nunca haber salido de su terruño, excepto en cortos viajes a Caracas y a Los Puertos de Altagracia.
El 24 de julio de 1924, día festivo, en horas de la mañana, el poeta saldría de su casa, pero al llegar a la Plaza Baralt se sintió mal y conducido de urgencia a su casa, sólo pudo exclamar: Todo se me va y expiró. Eran las 11 de la mañana, pero el fuerte sol de Maracaibo pareció eclipsarse por la muerte de un astro. El doctor Rodolfo Luzardo diagnosticaría muerte por hemorragia cerebral. Sus exequias fueron una manifestación pública del dolor popular, porque había muerto su poeta. Al día siguiente, el pueblo marabino se echó al hombro su féretro y lo condujo a su última morada terrenal, a reunirse con su adorada Delia, entre las lágrimas de sus admiradores y el duelo regional decretado por los poderes ejecutivos y legislativos, al cual se unirían todas las instituciones regionales.
Se instituiría una Junta Pro-Monumento a Udón Pérez, presidida por el doctor José Encarnación Serrano y constituida por Rafael Yepes Trujillo, Carlos Montiel Molero, Abraham Belloso, Julio Áñez, Francisco Eugenio Bustamante y otras personalidades, quienes por colecta popular lograron levantar un monumento al poeta, en su Maracaibo amada y editar dos de sus poemarios inéditos. En 1940 se levantaría un busto a su memoria, en una calle caraqueña y en 1947 se daría su nombre al segundo liceo de Maracaibo. En 1951-1952, con motivo de los 25 años de su muerte, se editaron varias de sus obras poéticas, mientras se colocaba una lápida conmemorativa en la casa donde vivió y murió el poeta, Calle Carabobo No. 147, en la esquina con la calle Páez, actualmente restaurada y convertida en el Museo de Artes Visuales “Emerio Darío Lunar”. En 1971, con motivo del centenario de su natalicio, se le rindieron tributos en todo el país, lo cual se repetiría en 1976, al cumplirse el cincuentenario de su muerte.
El último gran homenaje tributado a su memoria de ilustre zuliano, sería decretarle los honores del Panteón Regional del Zulia, conjuntamente con el doctor Francisco Ochoa. Sus restos mortales se trasladaron desde el Nuevo Cementerio o Cementerio El Cuadrado a la Casa de la Capitulación, donde tuvimos la ocasión de pronunciar el Discurso de Orden “Ante el féretro de Udón Pérez”, en representación de los sectores culturales del Zulia, como vicepresidente de la Academia de Historia del Estado Zulia y más tarde, a la Catedral de Maracaibo, donde monseñor Enrique Pérez Lavado, obispo de Maturín y nieto del poeta, pronunciaría el elogio fúnebre, para ser conducido el féretro a este templo del descanso eterno de los hijos ilustres del Zulia, el 30 de enero de 2004, donde hoy estamos, ante sus cenizas veneradas de gran poeta regional y nacional.
EL PERIODISTA.- Mientras estudiaba, en 1893, iniciaría su labor periodística, al colaborar en El Centinela, con Marcial Hernández; en 1895 intervendría en la fundación de Bohemias y en 1911, sería factor importante en la salida a la luz pública de La Guitarra, periódico totalmente redactado en verso, aun los avisos comerciales. En 1919 nacería Alma Latina, revista de gran calidad literaria, la cual iba a dirigir junto al poeta Rafael Yepes Trujillo, durante dos años, hasta la muerte de su esposa. Desde muy joven sería colaborador de El Cojo Ilustrado de Caracas y más tarde de: El Fonógrafo, Panorama, Patria i Ciudad, El Sociologista, Fulgores y de otros muchos periódicos y revistas de la región, por lo cual gran parte de su obra está dispersa en esas fuentes hemerográficas, esperando la mano salvadora que la rescate para la posteridad.
EL POETA.- A 81 años de su muerte, Udón Pérez sigue siendo el “Maestro de la versificación” en el Zulia, el poeta que llenaría más de treinta años de la poesía vernácula criolla, y aunque algunos bardos han logrado superar su belleza y emoción, ninguno lo ha podido hacer en la perfección del verso, al estilo de los grandes maestros clásicos de la antigüedad. Sería el cantor de su pueblo amado, de su raza, de sus héroes, de su paisaje lacustre, de su geografía exuberante, de sus leyendas autóctonas, de su descubrimiento, conquista e independencia, pero no solo sería maestro de la poesía descriptiva, sino que supo abordar con igual acierto, el intimismo y la lírica de amor, de dolor, de fe, de esperanza y de mística, además de lograr destacar, con auténticos méritos, en las versiones de grandes poetas de lejanas latitudes, sobre todo de franceses, italianos y portugueses, al hacer verdaderas creaciones, embelleciéndolas y dándole un nuevo ritmo, quizás iguales o quizás superiores a las originales. Bardo criollo que se había atrevido a incursionar en la poética modernista de Darío, aunque siempre prefiriese el arquetipo parnasiano de Núñez de Arce, creador de sonetos impecables, perfectos e imperecederos, dignos de la más exigente posteridad y erudito autor de la letra marcial del Himno del Zulia. Por eso, su nombre será imperecedero en la historia literaria de nuestra región y aun en la venezolana.
En 1897 editaría su primer poema La maldición, dedicado al periodista Valerio Perpetuo Toledo, actualmente casi ilocalizable, como una joya bibliográfica. En 1898 publicaría su segundo poema Vendida, con un estudio crítico de A.E. Serrano, compuesto de 80 estancias y casi 500 versos, de tipo idílico, con la temática sobre la fragilidad humana y su apóstrofe al vicio, que hacía pensar en una promesa de la poesía zuliana, siendo incluido más tarde, en Ánfora Criolla. En 1901 vería la luz pública su poemario Notas líricas a la Sociedad Mutuo Auxilio en sus Bodas de Plata, casi ilocalizable actualmente y el poema La voz del alma, éste último un poema de Navidad dedicado a Ramiro Nava, como tragedia dolorosa y pesimista, incluido más tarde en Ánfora Criolla.
En 1903 ingresaría a la prisión del Cuartel San Carlos, por un trágico suceso, donde escribiría su primer poemario extenso titulado Lira triste, el cual sería editado ese mismo año, con un prólogo de Marcial Hernández, consagrándose como poeta, por su tono de tristeza, de dolor, de conformidad espiritual, en forma de sonetos magistrales, entre los cuales destacaba In Memoriam, donde evocaba el triste suceso que llevó a prisión.
Saldría en libertad, tras seis meses de prisión, al comprobarse su falta de culpabilidad y como testimonio de su prisión quedaría ese poemario, re-editado en 1971.
En 1908 editaría su poema indiano La Leyenda del Lago, donde usó el verso alejandrino para narrar la leyenda indiana sobre el nacimiento del lago, con una lírica destacable, sobre los amores indígenas de Tamare y Maruma, y con la gran figura del cacique Zapara, siendo incluido en Ánfora Criolla. En 1910 circularía la edición oficial del Ejecutivo del Estado Zulia, contentivo del Himno del Zulia, escrito por Udón Pérez y con música del doctor José Antonio Chaves.
En 1913, se editaría una de las obras claves del poeta, Ánfora Criolla, que le daría prestigio nacional, por sus descripciones paisajísticas con una técnica casi fotográfica, emparentándose con Chocano como cantor indiano. En este libro se localizan sus mejores poemas indianos: La venganza de Yaurepara, Guajarima, Las islas del Coquibacoa, Iguaraya, Tatuaje y La Leyenda del Lago, que narran con multitud de colores, las leyendas indígenas, con sus ritos y costumbres, sus paisajes selváticos y lacustres, su vida, su amor y su muerte. Sería re-editada en 1951, con motivo de los 25 años de la muerte del poeta.
En 1915 circularían sus Trípticos apendiculares o Comentarios a un apéndice, escritos contra otro gran poeta del Zulia, el doctor Ildefonso Vázquez, como trípticos muy amargos, ya que mantuvieron una polémica acérrima. También se incluyen en este folleto, una serie de sonetos a los Paladines Zulianos.
En 1916 se editaron Dos Poemas, donde se incluyen dos poemas indianos: Iguaraya y Tatuaje, el primero, versión en octavas reales de la leyenda en prosa de José Ramón Yepes y el segundo, premiado con la Flor Natural de los Juegos Florales de “La Revista” de Caracas, en febrero de 1916 y quizás su mejor poema indiano.
Con motivo del 5 de julio de 1920, el Ejecutivo del Estado Zulia, ordenaría la edición de Colmena Lírica, la cual circularía en 1921, como el libro de la madurez del poeta, gloria de Venezuela, quien lo iniciaba con tres sonetos dedicados a las musas, donde exponía su credo literario, su declaración de fe a la musa clásica, con ligeros escarceos con la musa moderna. Contiene otros sonetos muy hermosos sobre las Rosas de orgullo y energía; un gran poema épico, la oda Al porvenir de la América Hispana, lleno de visión futurista y de belleza intrínseca; versiones de varios poetas extranjeros, muy bien logradas; poemas indianos como Tatuaje e Iguaraya; y un bello idilio Por el campo florido.
En 1921 se editaría Bajo los Sauces, una elegía dolorosa creada por el poeta a partir de su inmenso dolor por la muerte de su esposa Delia y la orfandad de sus hijos. Su segunda parte titulada Evocaciones íntimas, posteriormente, en 1951, sería editada por la Universidad del Zulia, por los 25 años de la muerte del poeta. Su mayor creación es la elegía Nenia, donde hace canto el dolor por su amada muerta, su ida para siempre ida. En 1923 se publicaría Divino mundo i El cocotero, poemas laureados, en co-autoría con Rafael Yepes Trujillo.
En ese mismo año de 1923, la revista La Hora Literaria le rendiría homenaje en una edición monográfica, publicando una Selección de su Obra, con un esbozo crítico de su director Héctor Cuenca, que incluía: El alma de la bandera, Pastorela, La regadora, La piedad de la esfinge y Versiones.
En 1924, se publicaría el último poemario en vida del poeta, Plectro Rústico, donde describiría nuestro campo rústico, el pequeño poblado de “El Perú”, hoy incorporado a la ciudad, destacando por sus valores alegóricos, el poema El Cocotero.
Láurea, obra póstuma editada en 1927 por la Junta Pro-Monumento a Udón Pérez, contentiva de cantos patrióticos, que destilan civismo, libertad, justicia, nobleza, valor y ejemplo para las generaciones venideras, todo ello en un marco de perfección estilística. Incluiría el discurso que pronunciara el doctor Jesús Enrique Lossada, en el primer cumple-mes de su muerte, en el homenaje de la Sociedad Mutuo Auxilio de Maracaibo. Sería re-editado en el año 1957, en la Semana de la Patria.
Hojas i Pétalos, es otra obra póstuma, publicada en 1929, por la Junta Pro-Monumento a Udón Pérez, con poesías inéditas del poeta, donde destaca el poema Mis lauros, dedicado a sus hijos y donde explica la historia de sus cincuenta premios poéticos.
En 1940, como homenaje del Ejecutivo del Estado Zulia al Libertador, circularon los Cantos de Udón Pérez al Libertador, contentivos de sus poemas patrióticos.
En 1943, la Editorial Venezuela de Caracas, editaría Poesía de Udón Pérez, a modo de antología poética.
En 1951 con motivo de los 25 años de la muerte del poeta, la Universidad del Zulia, publicaría sus Evocaciones Íntimas, segunda parte de Bajo los sauces.
En 1952, continuando con la conmemoración de los 25 años de su muerte, se publicaron sus dos libros de versiones poéticos de grandes poetas extranjeros. El Jardín de las Caricias, editado por el Ejecutivo del Estado Zulia, con temática árabe, que encierra fiebre, amor y belleza, precedido por un comentario crítico de José Rafael Pocaterra. Calcos, publicado por la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, con prólogo de Rafael Yepes Trujillo, que según algunos críticos son sus obras más valiosas, superando sus poemas originales, sobre todo las versiones magistrales de poetas franceses, italianos y portugueses, ya que obtendría verdaderas creaciones, como Andrés Bello en la Oración por todos, logrando casi superar al original, embelleciéndolo y dándole un nuevo ritmo.
En 1968, la Fundación Belloso como un homenaje a la Maracaibo cuatricentenaria, editaría una monumental Antología de su obra, siendo encargados de la selección de los poemas, los poetas Adalberto Toledo, Luis Pino Ochoa y Mercedes Bermúdez de Belloso.
En 1976, con motivo del cincuentenario de su muerte, el poeta Guillermo Ferrer seleccionaría su Antología Poética, constituida solamente por sonetos y publicada por el Comité Homenaje constituido por la Asociación Cultural “Rómulo Gallegos”, quienes también editarían un disco con el Himno del Zulia y el poema Maracaibo Mía, en la voz del declamador Martín Áñez, mientras la Universidad del Zulia publicaba Udón Pérez, biografía escolar original de Luis Guillermo Hernández, su primera publicación como escritor.
En 2004, el Acervo Histórico del Estado Zulia editaría Rosas secas, su poesía inicial de adolescente, localizada en manuscrito en los archivos de ese despacho ejecutivo, por el historiador Iván Salazar Zaid
LAUROS POÉTICOS.- Udón Pérez obtendría 54 lauros poéticos a lo largo de su vida, acaparando casi todos los certámenes poéticos celebrados en el país, entre ellos 4 Flores Naturales de Juegos Florales, que lo convirtieron en “Maestro del Gay Saber”. A continuación, citaremos esos premios, a pesar de parecer fastidioso, para que se conozcan de las nuevas y futuras generaciones.
En 1893 ganaría su primer lauro poético en el certamen de la Sociedad Mutuo Auxilio de Maracaibo, con una oda titulada Gajes de la paz; en 1894 obtendría el certamen del Club Chicago con las décimas El artista; y en 1895, el certamen del Club Sucre, con su soneto Cuba, así como el certamen del centenario del padre José de Jesús Romero, con su espinela titulada El padre Jesús Romero; así mismo, en 1896 ganaría el certamen de la Academia Venezolana, con la oda Miranda mártir.
En 1897 seguiría ganando distinciones y así lograría el primer premio y la mención honorífica en el certamen del “Salón Fotográfico”, con los serventesios El rayo de luz. En 1898 ganaría los tres premios del certamen de las Bodas de Plata del “Diario de Avisos” de Caracas, con sus sonetos Perseverancia. También obtendría el primer premio y la mención honorífica del certamen del centenario de Colón, con sus sonetos El genio de Colón.
Con el nacimiento del siglo XX, ganaría el certamen de la Revista Americana de Caracas, con la oda Influencia de la poesía. En 1902 obtuvo el primer premio, la mención y el accésit del certamen aniversario de la Fábrica de Cigarrillos “La Protectora”, con sus silva, soneto y oda tituladas Mirando el humo. En 1903 ganaría el certamen del Asilo de Huérfanos de Caracas con la oda Dios es caridad y el segundo certamen de la Revista “El Cojo Ilustrado” con su poema indiano La venganza de Yaurepara.
En 1905 ganaría el certamen del Gobierno del Zulia, con motivo de la Fiesta del Árbol, con su oda El árbol, mientras también obtenía el certamen del primer aniversario del periódico “Pan y Letras”, con sus sonetos Pan y Letras. En 1907 obtendría el certamen de la apoteosis del arzobispo Guevara y Lira, con su oda El óptimo Prelado y de nuevo obtendría el certamen del periódico “Pan y Letras”, con el soneto La escuela y la imprenta.
En 1910 ganaría el primero y segundo premios del certamen sobre el centenario del 19 de Abril, auspiciado por el Concejo Municipal de Maracaibo, con sus odas Súrge et ambula y Súrge oh Patria. Con motivo del centenario de Rafael María Baralt, un grupo de intelectuales del Zulia trataron de coronarlo, como habían hecho con Chocano en el Perú, pero el poeta se negaría a aceptarlo.
En 1911 ganaría el certamen de los Primeros Juegos Florales del Centro Literario del Zulia, con la oda La mujer patriota; también obtendría la primera mención honorífica del periódico “La Nación” de Caracas, con motivo del centenario de la independencia, con su oda Los Conquistadores; y el certamen de “El Heraldo Católico” de Caracas, por el mismo motivo, con la oda titulada Los héroes anónimos.
En 1912 obtendría el primer premio y el accésit del certamen de la Junta “Homenaje a Urdaneta”, con el soneto titulado Ofrenda, cuyo premio consistió en grabar en bronce el soneto y colocarlo en el pedestal de la estatua del Héroe Máximo del Zulia.
En 1916 ganaría el primer premio de los Primeros Juegos Florales de Caracas, con el poema indiano Tatuaje; el certamen de “Panorama” en su primer aniversario, con su oda Lux Victrix; y el certamen del periódico “Minerva” de Carora, con el Himno del Liceo Contreras.
Entre 1917 y 1918 obtendría el certamen del Gobierno del Estado Nueva Esparta por el centenario de la batalla de Matasiete, con sus décimas Lid Redentora; y el segundo premio de los Segundos Juegos Florales de Caracas, con el serventesio La espiga y el arado, siendo superado por el joven Andrés Eloy Blanco, quien ganaría el primer premio.
En 1919 ganaría el certamen del Gobierno del Estado Bolívar, con motivo del centenario del Congreso de Angostura, con los sonetos Medallones Heráldicos; así como el certamen del Gobierno del Estado Falcón, con motivo del natalicio de Heriberto García de Quevedo, con la oda Al porvenir de la América Hispana.
En 1921 obtendría el primer premio y el accésit de los Segundos Juegos Florales de Maracaibo, con su cítrea El poema de las rosas y sus quintillas alejandrinas La rosa roja; el certamen de la Academia Nacional de la Historia, con su serventesio Carabobo; y el certamen de la Junta “Homenaje a Urdaneta”, con su oda El alma de la bandera.
En 1922 obtuvo el certamen del centenario de la muerte del general Pedro León de Torres, con su oda General Pedro León de Torres.
En 1924 ganaría el certamen de los Juegos Florales de Cumaná, con 150 versos; además de los certámenes de los periódicos “La Información” de Maracaibo y ”El Luchador” de Ciudad Bolívar.
EL DRAMATURGO.- Udón Pérez escribiría siete obras de teatro en verso, dos de ellas monólogos, las cuales fueron conocidas del público zuliano entre 1887 y 1924, logrando un éxito adecuado a la fama del bardo zuliano, siendo el autor de dramas regionales en verso, costumbristas, criollistas y reformistas, donde afloraban los grandes conflictos y los prejuicios sociales y religiosos, propios de su convulsionada época, al estilo de Zorrilla y de Echegaray, donde se destacaba la tendencia moralizante y educativa, al combatir la rigidez del dogmatismo religioso, a través de un claro planteamiento, valiente y maduro, en su exposición.
En noviembre de 1887, apenas con 16 años de edad, estrenaría El Regreso del Pirata, drama en tres actos y en verso, llevada a la escena por una compañía de jóvenes aficionados, formada por Benito D. Puche, Luis E. Jonings, Eduardo Matos C., Arturo S. Iriarte y Udón A. Pérez, en un teatrito de corral improvisado en el patio de una casa de la Calle Carabobo. Al no ser editada, esta obra se perdería para la historia teatral, sin embargo creemos que no debió tener grandes méritos, ya que no produjo mayor trascendencia, como obra de principiante.
El 22 de junio de 1893, el actor aficionado Arturo S. Iriarte representaría su monólogo en verso La primera piedra, publicado en El Sociologista, periódico ilocalizable actualmente.
En 1899 editaría La Escala de la Gloria, monólogo en verso, escrito para la artista Refugio Azuaga, quien lo interpretaría con gran éxito, en el Teatro Baralt de Maracaibo y sería publicado en El Fonógrafo, en la página 2 del 11 de marzo de 1899.
Iniciando el año 1904, el 26 de enero, se estrenaría en el Teatro Baralt de Maracaibo, su drama poético en tres actos, Frutos Naturales, interpretado por la Compañía Española de Dramas de Luisa Martínez Casado, obteniendo un gran éxito y siendo editado ese mismo año, con un epílogo crítico de Marcial Hernández y re-editado en 1933. Tuvo que ser representado dos veces más en el mismo mes, algo insólito para el momento y sería llevada a Caracas, estrenada por la misma compañía dramática, el 12 de junio de 1904, en el Teatro Caracas, con el mismo éxito. Sus intérpretes fueron: Ángel León, Luisa Martínez Casado, Joaquín González, Celia de Martínez Casado, Enrique Terradas, M. Martínez Casado y Alfredo Alarcón. Su tema fue un ataque a la intolerancia del fanatismo religioso, donde el amor termina en tragedia por la intransigencia de sus personajes centrales.
Sin Nombre sería un drama en tres actos y en verso, estrenado en 1908, por la Compañía Zuliana de José Mavarez, provocándose una gran polémica por su fuerte temática sobre los hijos naturales o ilegítimos, en forma de crítica social, sobre esa situación, tan frecuente en nuestra región, la cual ha levantado a nuestra sociedad sobre una base de hipocresía moral. Sin embargo, su error sería constituir un drama demasiado largo y con excesivo lirismo, causando cansancio, a pesar de su interesante temática.
El Gordo es un drama en tres actos y en verso, escrito en 1916, entre agosto y septiembre, en colaboración con Octavio Hernández, siendo editado en 1917, por la Empresa Panorama. Estrenado en el Teatro Baralt de Maracaibo, el 23 de diciembre de 1916, por la Compañía Española de Alta Comedia Jacinto Benavente, tuvo buen éxito de público, pero la crítica especializada les fue adversa, por considerarlo un drama mediocre, cuya temática es un ataque contra el vicio del juego, que llevaría a la catástrofe final, adecuada a la época y lugar, pero actualmente sin vigencia. Su exposición es poco clara, el nudo no suele mantener la emoción y el desenlace no está muy bien adecuado con los hechos, lo que hace su plan fallido y poco sólido.
El drama en un solo acto y en verso, Entre Sombras, llamado inicialmente Visión Suprema, obtuvo el Primer Premio en el Certamen Internacional promovido por las Escuelas Profesionales de Artes y Oficios de Nuestra Señora de la Piedad de Bahía Blanca (Argentina), en 1924, siendo estrenado ese mismo año, en el Teatro Baralt de Maracaibo, por la Compañía de José Mavarez y el 8 de octubre de 1925, sería montado de nuevo, en el Teatro Variedades, por la Compañía Wilson-Saavedra-Ciangherotti. Según Octavio Hernández, sería lo mejor de Udón Pérez, en el campo teatral, porque estaba adaptado a su naturaleza poética.
CONCLUSIÓN.- Este es, en muy breve síntesis, Udón Pérez, el gran poeta del Zulia, el cantor de su pueblo, de su raza, de sus héroes, de sus leyendas y de sus paisajes, y el dramaturgo reformista, criollista y costumbrista. Un inmortal de las letras zulianas y venezolanas, cuyos restos mortales han merecido los honores de este “Panteón Regional del Zulia”.

CONFERENCIA DEL ACADÉMICO LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ, EN EL PANTEÓN REGIONAL DEL ZULIA, EL DÍA 26 DE JULIO DE 2007, CON MOTIVO DE CUMPLIRSE 81 AÑOS DE LA MUERTE DE UDÓN PÉREZ.

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